No fue al cultivo de los afectos, a pesar del oleaje de afecto que reflejan algunas de sus composiciones y su delicada forma de ser, caracterizada por su fino y delicado trato personal a los demás, sino, al arte de la política, al gobierno, al servicio a la patria y al cultivo de las letras, los juegos a los que dedicó la lógica de su inteligencia en su dilatada existencia este singular ser humano.

Por 22 años, a partir del 1966, gobernó como un rey sin corona. La acusación de fraude electoral era una constante en sus primeros 12 años de gobierno. Sus seguidores no lo disimulaban, su grito de campaña era; ¡Estamos aquí por estar embullaos, nosotros sabemos que estamos ganao! La represión, y las banderas coloradas en la punta de los fusiles de los soldados de la patria era cotidiano. Convertido el Dr. Joaquín Balaguer en ley, batuta y constitución en la República Dominicana.

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