"...Me le quedé mirando fijamente y él también a mi. De pronto observé que su rostro se iba transformando. Una sonrisa se le dibujaba en los labios. Me señaló con su índice, diciéndome, "Ah, tú, tú ". Me había reconocido, aún en su frágil situación. Quiso seguir diciendo algunas palabras, pero no pudo. Yo sentí una gran emoción, y por supuesto, no pude evitar que dos lágrimas colgaran de mis ojos. Lo interpreté como el encuentro final entre un Maestro y su discípulo."

Leonel Fernández

Biografía Juan Bosch Gaviño



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