11.
La migración internacional a comienzos del año 2000
1.
Hechos estilizados en las tendencias migratorias
En
los años noventa aumentó la complejidad de la migración
internacional. Una de las expresiones más distintivas es
la controversia que despierta, ya que se mantiene una visión
conflictiva de la inmigración y se realza la oportunidad
que ofrece la emigración para las sociedades de origen
y las personas migrantes, no sin riesgos que amenazan sus derechos
humanos y la erosión de masas críticas de capital
humano. Simultáneamente, se difunde la idea que la actual
fase de globalización está íntimamente ligada
al aumento de la movilidad, o lo que es lo mismo, que la creciente
interdependencia económica y comercial se acompaña
del aumento de la migración internacional. Se ha señalado
al respecto que esta asociación exige precisarse: en la
globalización contemporánea los Estados ceden parte
de su poder a entidades supranacionales y reconocen el imperio
de instrumentos universales sobre los derechos humanos, pero retienen
sus atribuciones para regular el ingreso y permanencia de los
extranjeros en sus territorios (CEPAL, 2002; Villa y Martínez,
2002). Por ello, lejos de existir una globalización
de la migración, lo que hay es una paradoja: en un
mundo más interconectado que nunca y cuando los flujos
financieros, de información y de comercio se liberalizan,
la movilidad de las personas es fuertemente estimulada, a pesar
de enfrentar fuertes barreras que intentan restringirla (salvo
regiones y regímenes migratorios específicos); ello
revela que la globalización es asimétrica y profundiza
las desigualdades en los niveles de desarrollo (CEPAL, 2002).
En
el examen de las agendas regionales, nacionales, gubernamentales
y de la sociedad civil, en los medios académicos y en la
literatura, en las actividades de organizaciones internacionales
y, muy especialmente, en los medios de prensa, se constata una
innumerable cantidad de alusiones, tratamientos,
declaraciones, propuestas y posturas frente a la migración
internacional. Es el debate actual. Se revisitan viejos asuntos
de reocupación y se agregan otros nuevos. Sin afán
de agotar su identificación, podemos mencionar entre los
primeros a la igración de científicos y profesionales,
el flujo de remesas, la migración fronteriza, el retorno
de migrantes, la diáspora, la integración y exclusión
de los inmigrantes, la reconfiguración de identidades,
el costo social y económico de la inmigración, la
orientación de las políticas migratorias, la reunificación
familiar, el refugio, la xenofobia y la discriminación
de los inmigrantes.
Entre
algunos de los temas nuevos, están las preocupaciones por
los derechos humanos de los migrantes y la participación
de las mujeres, especialmente por sus consecuencias sobre la desigualdad
de género; se enfatiza crecientemente que la migración
es inseparable del desarrollo social y económico y se progresa,
lentamente, en la inclusión del tema en las negociaciones
de integración subregional, regional y hemisférica;
en el tema, destacan las diversas modalidades de la movilidad,
la conformación de mercados laborales ampliados, las posibilidades
de las ciudadanías comunitarias y los desafíos del
multiculturalismo. Hay, en realidad, numerosos asuntos más:
el papel de la inmigración en el reemplazo generacional
y frente a los procesos de envejecimiento demográfico,
las relaciones entre migración y pobreza, las tendencias
del transnacionalismo, las relaciones de la migración y
la salud, la gobernabilidad de la migración, la ayuda al
desarrollo y la cooperación regional.
Recientemente,
han asomado las demandas de organizaciones de la sociedad civil,
cuyas experiencias en la protección y afirmación
de los migrantes han sido decisivas. Estas demandas se vuelven
más legítimas al relevarse las relaciones de la
migración con la seguridad de los Estados que, a su vez,
ha introducido una vieja acepción para caracterizar fenómenos
sociales: la "crisis", esta vez migratoria, que afectaría
a las alternativas de políticas por ejemplo, frente al
asilo y la inmigración irregular y estaría fundada
en la ampliación de la escala de las presiones migratorias,
si bien su principal expresión está en un conjunto
de crisis más que en un problema de carácter global
(Nyberg-Sorensen, Van Hear y Engberg-Pedersen, 2002). Frente a
las preocupaciones por la seguridad y la migración, los
especialistas han sido enfáticos y sugieren no olvidar
la circularidad virtuosa de los procesos de transnacionalización
en la difusión de los derechos humanos y los valores democráticos
(Faist, 2002).
Sin
duda, la complejidad de la migración internacional dimensiones,
visiones y actores ha aumentado y probablemente en adelante se
haga cada vez más difícil distinguir el trigo en
la paja (véase recuadro 1), aunque hay importantes
estímulos para consagrarse a su estudio (véase
recuadro 2).
Recuadro
1
UN CAMPO DE ESTUDIOS LLAMADO MIGRACIÓN INTERNACIONAL
Fuente: Sobre
la base de Ariza (2000); Castles (1999); Martínez (2000);
Massey y otros (1993); Sutcliffe (1998).
La migración internacional siempre ha tenido una relevancia
política, pues la relación entre soberanía
y control de la admisión y permanencia de los extranjeros
es nítida. Menos persistente ha sido su relevancia
económica (factor abundante y más móvil),
social (configuración de sociedades) y cultural (interacción
entre comunidades, asimilación y crisoles), y en su
base está la amplitud de dimensiones de la migración.
En los tiempos actuales parece haber consenso en que no debe
hacerse abstracción de los numerosos asuntos involucrados
al analizar la migración contemporánea. Muchos
autores destacan que es muy difícil superar la fragmentación
y la heterogeneidad. La vasta literatura muestra que el objeto
de estudio se sitúa en una posición a veces
fusión de intereses compartidos por diferentes disciplinas
y enfoques dentro de las mismas; existen tantas formulaciones
teóricas como enfoques disciplinarios sobre la migración
internacional, algunos de los cuales, contaminados por alarmismo
y popularizados por sus contenidos mediáticos, poco
tienen que ver con parámetros de validez científica.
Debería esperarse que cada una de esas formulaciones
científicas contribuya al conocimiento de los determinantes
y las consecuencias, pero eso entraña el riesgo de
reconocerlas como observaciones aisladas. Es posible que la
aspiración de una teoría única nunca
se materialice y así habría que interpretar
el discurso de los impactos de la globalización sobre
la migración y las nuevas narraciones que buscan
concatenar los elementos distintivos del actual orden internacional
en los planos económico, político y cultural.
La ausencia de una orientación teórica integradora
no es excusa para identificar la articulación sistémica
de los diversos asuntos alineados bajo el concepto de migración
internacional.
|
A:
Nivel Macrosistémico |
-
Derechos humanos
- Género
- Globalización económica
- Migración y desarrollo
- Régimen internacional (instituciones
y normas)
- Salud
- Vulnerabilidad
- Xenofobia y discriminación |
|
B:
Nivel Exosistémico |
-
Conflictos armados y catástrofes naturales
- Refugio
- Fronteras
- Integración y comercio
- Integración, asimilación, multiculturalismo,
transnacionalismo e identidades
- Mercados laborales
- Políticas
- Sistemas de información
|
|
C:
Nivel Micro |
-
Comunidades y diásporas
- Familia
- Redes
- Remesas
- Status migratorio
- Tipos de movilidad
- Tradición migratoria |
|
D:
Nivel Individual |
-
Biografía
- Calificaciones
- Decisiones individuales
- Sexo y edad
- Escolaridad
- Perfil psicosocial |
|
|
Recuadro
2
TRES GENERACIONES EN EL ESTUDIO DE LA MIGRACIÓN
INTERNACIONAL
Fuente: Faist (2000).
La particularidad de estas inquietudes es que, frecuentemente,
dan cuenta de tensiones que, por ejemplo, se relacionan con
el contraste entre la necesidad de la inmigración y
las restricciones para la acogida de los inmigrantes (supuestamente
orientadas a controlar la inmigración irregular), o
bien entre la preferencia por fuerza de trabajo altamente
calificada y el rechazo a los trabajadores del otro extremo
de calificaciones (ambos son factores productivos demandados
en los mercados laborales). Saskia Sassen (2001) describió
esta situación como la "llave" que acogota
la soberanía de los Estados; Jagdish Bhagwati (2003)
destaca que "The reality is that borders are beyond
control and little can be done to really cut down on immigration"
(p. 4). Estas tensiones se constatan incluso entre países
signatarios de acuerdos de libre comercio y existe consenso
en reconocer que son la raíz de las crecientes situaciones
de indocumentación y La migración en espacios
sociales transnacionales marca una tercera generación
en la conceptualización de la migración internacional.
En una primera fase, los modelos destacaban la naturaleza
de expulsiónatracción de los factores de la
migración en el contexto del desarrollo. Los flujos
son movimientos distintos según se trate de regiones
de emigración o de inmigración, con algunas
contracorrientes, como el retorno.
|
Expulsión-atracción.
Región de emigración Región de inmigración
Factores expulsores Factores de inmigración
La
segunda generación de estudiosos de la migración
internacional argumenta que la migración laboral y losflujos
de refugiados se insertan en la dependencia estructural entre
periferias y centros de la economía capitalista mundial.
Muchos Estados de emigración son regiones poscoloniales,
mientras las regiones de inmigración ocupan los grados
más altos en la jerarquía político-económica
mundial. Se forman sistemas migratorios regionales, ligados por
múltiples lazos de comercio, militares y culturales que
están en la base de la migración internacional.
Los flujos migratorios conectan los centros a las periferias.
Mientras la penetración de la periferia es la causa última
de la migración sur norte, el "tercer mundo"
llega al norte a través de la migración y lleva
a conflictos cuando los migrantes son vistos no sólo como
agentes económicos sino también como agentes culturales
y políticos.
Sistema
migratorio. Flujos migratorios Flujos de bienes Flujos
de información
La
tercera generación de investigadores está en proceso
de formación. En lugar de un mero acoplamiento que conecta
regiones de emigración e inmigración, el concepto
de espacio social transnacional busca reconocer prácticas
de migrantes y no migrantes que conectan ambos mundos y las actividades
de instituciones como los Estados-naciones que intentan controlar
estos espacios. Esta visión es complementaria de las anteriores.
Los migrantes internacionales transmigrantes si la migración
es recurrente construyen lazos que atraviesan las fronteras políticas,
por la mantención de relaciones múltiples a nivel
familiar, económico, social, religioso, cultural y político.
La migración no es un único viaje y tiende a hacerse
parte integral de la vida del migrante. Se vuelve cada vez más
difícil clasificar a los países como de origen o
destino: muchas veces son ambas cosas, pues es frecuente que muchos
migrantes retornen o se transformen en transmigrantes. La metáfora
de los espacios sociales transnacionales amplía el campo
de los estudios migratorios al incluir la circulación de
ideas, símbolos y material cultural, y no solamente el
movimiento de personas, y al hacerlo, reconecta la idea de espacios
sociales transnacionales con la segunda visión, que centra
los vínculos macro-estructurales entre países de
emigración e inmigración.
Modelo
estilizado de la migración en espacios sociales transnacionales
Estado de migración periferia Estado de inmigración
centro
Estado
periférico
Estado central
Espacios sociales transnacionales con denso flujo circular de
personas, bienes, ideas y símbolos entre fronteras de
Estados-naciones de
los delitos del tráfico y trata de personas; para muchos
migrantes, estas situaciones se traducen en la desprotección
y la vulnerabilidad, realzadas después de los sucesos del
11 de septiembre de 2001.
En
todas las situaciones descritas participan los países de
América Latina y el Caribe. En muchossectores se ha percibido
que el efecto de "válvula de escape" de la emigración
de trabajadores y, especialmente, de las remesas que envían
los emigrados son una prueba de los impactos positivos de la migración.
Pero tales creencias tropiezan con la falta de evidencias unívocas,
el cuestionamiento a la inacción de varios gobiernos y
la escasa sistematicidad dedicada a la investigación. Recientemente
se ha forjado la imagen de que los derechos individuales de migrar,
permanecer y vincularse con los países de origen suelen
ser vulnerados; en muchos casos la migración no es opción
libre, sino que ocurre bajo circunstancias que conculcan el ejercicio
de la ciudadanía.
De allí, puede concluirse que, durante mucho tiempo, los
beneficios de la migración han estado restringidos en una
doble dimensión: por un lado, debido a las prácticas
exacerbadamente selectivas de muchos países desarrollados
receptores, que además han buscado regular infructuosamente
la inmigración con cuotas, controles e iniciativas precarias
de integración, incapaces de hacer frente a factores de
demanda (Bhagwati, 2003). Por otro lado, los países emisores
han mantenido posturas reactivas, pasivas, erráticas y
hasta cuestionables frente a la emigración.
Transcurridos
varios años desde que la migración internacional
se instaló en la agenda regional, hay señales de
que la situación está cambiando. Tres ejes de esta
transformación son:
El
cuestionamiento gradual de la visión tradicional de la
migración como "válvula de escape", con
la legitimación del debate sobre las consecuencias de la
emigración y la preocupación por los emigrados;
La
discusión creciente aunque fuertemente mediática
sobre el papel de las remesas en las economías, sociedades
y familias receptoras, que contribuye a la visibilidad de los
migrantes para los países de origen y destino; y
La
incipiente consideración de las mujeres en los flujos contemporáneos,
que desafía buena parte del conocimiento acumulado e introduce
las perspectivas de género y de derechos humanos, que tan
caro cuestan en las discusiones sobre migración.
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